LA VACUNA CONTRA LA COVID-19, UNA CARRERA INCANSABLE.

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El mundo se halla inmerso desde marzo de este año (2020) en la pandemia de COVID-19, la cual ya ha logrado alcanzar a más de 74 millones de personas en todo el mundo, con 1'6 millones de víctimas mortales. Mientras que el coronavirus ha obligado a las autoridades a confinarnos, a establecer limitaciones de movilidad y a alejarnos de nuestros seres queridos, cerca de 80 equipos de investigadores en distintos países, trabajan a contrarreloj para desarrollar una vacuna que nos proteja de este virus y que nos permita paulatinamente regresar a la normalidad.

Este proceso de dar con la vacuna y ofrecerla al mercado, ha dado lugar a una gran competencia internacional (más bien política). Mientras los científicos tratan de colaborar a través de las fronteras, los líderes nacionales están atrapados en una carrera que está impulsando, y en algunos casos complicando, el desafío médico más consecuente del siglo XXI.

En junio, Alemania pagó una enorme cantidad de dinero por una participación en la farmacéutica alemana CureVac, que estaba desarrollando una vacuna contra la COVID-19. Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, intentó con elevados incentivos económicos garantizar el derecho exclusivo de esta vacuna “solo para Estados Unidos”. El gobierno de Alemania, trató de evitar que Washington persuadiera a esta compañía alemana para que trasladara su investigación a los Estados Unidos, lo que llevó a los políticos alemanes a insistir en que ningún país debería tener el monopolio de ninguna vacuna futura. El ministro alemán de Economía, Peter Altmaier, respondió con un tajante "Alemania no está en venta".

El destino de CureVac muestra cuánto orgullo nacional está definiendo las líneas de la carrera mundial para la vacuna COVID-19.

Por otro lado, China también pretende “liderar el mundo” ganando esta carrera para dar con la vacuna del coronavirus. Según el virólogo y general principal que lidera el proyecto de vacunas del país, “si China es la primera en desarrollar esta arma con sus propios derechos de propiedad intelectual, demostrará no sólo el progreso de la ciencia y la tecnología chinas, sino también nuestra imagen como una gran potencia". Por lo tanto, para China, la búsqueda de una vacuna es la mayor oportunidad para transformar la imagen del país.

Meses más tarde, tras el temor de que Estados Unidos pudiera tener el primer acceso a una vacuna producida por el gigante farmacéutico francés Sanofi, el presidente Emmanuel Macron anunció que Sanofi aumentaría drásticamente las operaciones en Francia para poner "Sanofi y Francia en el corazón de la excelencia en la lucha (...) para encontrar una vacuna".

Mientras tanto, Gran Bretaña celebraba la noticia de que sus propios científicos de Oxford estaban "corriendo más rápido" para desarrollar una vacuna, en palabras de un artículo del New York Times del 27 de abril.

Esta competitividad, puede estimular a los científicos a innovar mejor y más rápido, pero los expertos en salud pública, biotecnología y seguridad nacional ven muchas maneras en que el nacionalismo de vacunas de hoy en día podría ser contraproducente.

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En medio de esta incansable carrera, durante el periodo de pruebas se hizo noticia los porcentajes de efectividad y beneficios reportados en los ensayos clínicos de las distintas vacunas contra la COVID-19. Pfizer reportó que su solución tenía una efectividad del 90%, hecho que ayudó a que creciera el valor de sus acciones llegando a 41,58 dólares la acción, frente a los 36,40 dólares al cierre del viernes previo al anuncio. Por otro lado, días después, Moderna anunció que su propuesta tenía 94% de efectividad, y al poco tiempo la opción Sputnik V detalló que contaba con 95% de efectividad contra la nueva enfermedad. Estos anuncios, además de mejorar las acciones, pudo influir en la percepción de la gente y los gobiernos que están a la espera de estos fármacos.

También se tiene en cuenta el tema de los beneficios reportados por parte de las diversas compañías y la ausencia de efectos secundarios (o la presencia de los mismos, que pueden generar preocupación y rechazo). Por ejemplo, en varios medios se ha reportado que la opción de Moderna parece ser la única que previene infecciones asintomáticas, lo cual puede ser un gran diferenciador.

Asimismo, otro elemento que puede aumentar la competencia es el de los precios de los distintos modelos de vacunas contra el coronavirus. La solución de AstraZeneca era la que tenía el precio más accesible hasta hace unas semanas atrás, 4 dólares por dosis. Posteriormente se encontraban las de Rusia y Johnson & Johnson en 10 dólares por dosis, la de Pfizer en 20 dólares, la de China en 30 y la de Moderna en 37 dólares, siendo la más costosa.

Estos tres elementos anteriores (beneficios, efectividad y coste) son aspectos a considerar a la hora de elegir la mejor vacuna.

Tras meses de trabajo, las farmacéuticas Pfizer y BioNTech han conseguido desarrollar una vacuna con una técnica innovadora que nunca había sido probada en humanos. El 11 de diciembre de 2020, la vacuna de Pfizer-BioNTech para la COVID-19 no había sido aprobada ni autorizada por la Food and Drug Administration de EE.UU. (FDA), pero sí había sido autorizada para uso de emergencia por la FDA bajo una Autorización de uso de emergencia (EUA). Los resultados de esta prueba fueron positivos, mostrando un 95% de efectividad.

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Después de que la FDA autorizara el uso de emergencia de la vacuna contra la COVID-19, el 14 de diciembre se puso en marcha la distribución a 636 centros para su administración. Reino Unido se convirtió en el primer país occidental que comenzó a vacunar a su población contra el coronavirus.

Margaret Keenan, primera mujer vacunada de COVID-19 en Reino Unido.

Varios países como Estados Unidos, Japón, India, Canadá y España, empezarán a finales de este mes su plan de vacunación, atendiendo a los resultados positivos que la vacuna está teniendo en Reino Unido.

Aunque tomará meses que la vacuna contra el coronavirus comience a revertir el daño causado por la pandemia en la economía, parece que la solución a este problema global está cada vez más cerca.

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